Saturday, January 20, 2007

http://samuelromanse.blogspot.com

quid custode ipso custodes?
"¿Quienes custodiarán a nuestros custodios?". Con esta frase de las Sátiras,el poeta latino Juvenal advertía de una de los características inherentes a la personalidad del ser humano: la ausencia de confianza en los demás, como resultado de una inseguridad vital a la que no podemos escapar. Concretamente, Juvenal aludía a lo dificil que era asegurar la lealtad de los guardianes encargados de controlar a los esclavos. La frase, dos siglos después, se ha convertido en símbolo de la insumisión ante cualquier tipo de censura.Hace unos días la revista estadounidense Time presentaba la portada de su número más influyente del año, aquel en que se elige al personaje más destacado de los ultimos trescientos sesenta y cinco días. La portada, con una enorme tradición a sus espaldas, es resultado de una votación en la que intervienen todos los miembros de la redacción de la revista. Los lectores proponen nombres durante los últimos meses del año y la revista vota, eligiendo por mayoría el personaje del año. Se considera el número con mas tirada de la revista y, sin duda, es el de mayor influencia social. Por las portadas de este número han pasado algunos de los personajes más relevantes del siglo XX, como Juan Pablo II, Bill Clinton o John Lennon. La elección tampoco ha estado exenta de polémica, como en 1937, cuando se dedicó la portada a un jóven Adolf Hitler. Los últimos personajes en ser premiados han sido George Bush y los Gates.En esta ocasión, Time ha optado por considerar como el personaje del año a... “You”. El pronombre de segunda persona del plural que, debido a su uso, acabó por suplantar al “thou”, le sirve a la revista para considerar que la sociedad en su conjunto es el personaje más influyente de 2006. Como representación, la revista ha optado por una solución imaginativa: un espejo ilustra la portada, espejo en el que podemos y debemos, según la revista, vernos todos. Para explicar su decisión Time alude a la enorme importancia que está adquiriendo en los últimos meses la llamada comunidad virtual, es decir, el crecimiento de los vínculos entre personas de todo el mundo a través de una herramienta capaz de democratizar el acceso a la información y de la información: Internet. La red de redes, creada en los años 50 por el ejército norteamericano para tener conocimiento instantáneo del mundo que empezaba a configurarse, es hoy algo más que una interconexión de ordenadores. Gracias a Internet es posible que personas distantes cientos o miles de kilómetros puedan hablar en tiempo real como si estuvieran en la misma habitación, gracias a Internet es posible el acceso instantáneo a la información desde cualquier lugar del mundo en el mismo momento en que se poduce, y gracias a Internet la información ha dejado de ser el coto privado de unos pocos para extenderse a toda la población (El caso más conocido es el affaire Lewinsky, que saltó a la fama mundial desde una página web).Pero no sólo ha conseguido esto. Por las peculiares características del medio, Internet es una oportunidad para mostrarnos tal y como somos, para encontrar gente como nosotros. A través de la red hoy es posible crear comunidades virtuales con los aficionados a los más diversos intereses. La función de los foros es, para algunos, lo más parecido al foro romano, o al ágora ateniense, es decir, un lugar de encuentro e intercambio de información entre los ciudadanos. En un foro se pueden exponer las opiniones más diversas que serán respondidas por los demas foreros. La red puede servir para extender una verdadera democracia directa. Hoy, un acceso generalizado podría permitir la reunión de ecclesias virtuales que invalidarían el papel de los políticos como representantes del pueblo.Internet ha permitido la aparición de una nueva forma de comunicación: la mensajería instantánea, que, además de fomentar las relaciones sociales, es un instrumento con enormes posibilidades de integración de todos en un mundo cada vez más global. Instrumentos como el Messenger permiten ampliar las redes sociales y que se conozcan personas que de otra forma no podrían hacerlo. Es la evolución de los chat que inundaban los primeros tiempos de la red, y que se convirtieron rápidamente en la mejor agencia matrimonial. Los cibernoviazgos, las ciberbodas, e incluso, los ciberdivorcios han modificado completamente el mundo de las relaciones sociales.Tampoco se puede negar la impresionante explosión de blogs y bitácoras, que convierten a cualquiera en la fuente de una información a la que, probablemente, no se accedería de otra forma. Los blogs permiten que cualquiera exponga de forma amplia e instantánea aquello que opina, y son una posibilidad de ampliar los límites de la información, una información que se escapa de los cauces tradicionales, y que no debe soportar los filtros de cualquier gatekeeper.Además, la red la construimos entre todos. Los fenómenos como Wikipedia o Youtube demuestran que en Internet participamos todos, y que la colaboración de todos permite un conocimiento de extraordinaria calidad. Todos creamos Internet y de esa colaboración depende lo que será la red de redes. Otro fenómeno de la red es el llamado software libre, una alternativa real a la fuerza de las multinacionales de la información tecnológica. Los codigos GNU, con la posibilidad de ser modificados por cualquiera, mejoran constantemente el nivel y la calidad de los programas que se distribuyen a través de la red. Linux es el avanzado de la eclosión de programas libres, y cada vez más, el pingüino es una alternativa al imperio de Microsoft. El acceso libre a todo tipo de contenidos ha potenciado herramientas de intercambio de pares, P2P, como Emule o el recientemente desaparecido edonkey. A través de la mula es fácil compartir todo tipo de material, lo que fomenta una evidente expansión de la cultura, que así llega a un público que de otra forma no podría acceder a ella.Internet ha variado completamente las estructuras de la comunicación. Los mensajes ya no son sólo palabras, pues tienen vital importancia los sonidos, las imágenes, los enlaces, o los emoticonos, forma directa y visual de expresar las emociones y los sentimientos. Se pierden los matices, las ironías o los sobreentendidos, pero en su lugar, se gana inmediatez, concreción y productividad. Incluso puede tener un evidente valor político. No sólo nos consta que los terroristas internacionales utilizan la red de redes, sino que es enormemente fácil convocar a múltiples personas con muy poca antelación, y, en ocasiones, con muy poca fundamentación argumental. La red ha creado los flash-mob, auténticas manifestaciones espontáneas convocadas a través de Internet. Sin la interconexión global no hubiera habido once de Septiembre, no se entendería el once de marzo, y no existiría la publicidad viral.Pero no todo es tan perfecto como parece. En primer lugar, el acceso es sólo posible en los países desarrollados. Los demás ciudadanos quedan al margen de esta sociedad virtual. De ser una verdadera democracia global, sería a imagen y semejanza de la democracia ateniense; es decir, una democracia en la que la ciudadanía es un privilegio, una categoría excepcional de la que queda excluída la mayor parte de la población. El ciudadano virtual sería aquel con acceso a una red telemática, con lo que todos los demás quedan al márgen.No solo en los países objetivo del programa del milenio es el acceso algo limitado. Es especialmente sangrante los atentados a la libertad de expresión virtual que se dan en algunos países. De entre ellos, el más conocido es, sin duda, la República Popular China. En China, Google ha consentido en aceptar no mostrar como resultado páginas no afectas al régimen, lo que hace muy difícil una información plural en el país. Tampoco debemos olvidar los cierres que se dan de páginas y blogs contrarios a la doctrina oficial. Pero no sólo en China hay ausencias significativas de libertad. En Irán, y en otros países se han impuesto restricciones al acceso a la información. El gobierno español ha intentado elaborar una ley que impediría el acceso desde España a contenidos considerados peligrosos para la estabilidad nacional. Por supuesto, sería el gobierno el encargado de decidir qué es lo que hay que esconder a los nativos. Como rechazo a todas estas formas de intentar restringir el acceso a una red libre, se celebró hace unos meses el cibermaratón contra la censura. Veinticuatro horas en que los cibernautas se solidarizaron con aquellos que aún tienen restricciones legales al acceso a la red.Según los últimos datos, menos de la mitad de los españoles tiene acceso a la red desde casa, si bien casi un 80 % accede a Internet. Es decir, casi un 20 % de la población quedaría fuera de la democracia virtual. Pero el principal obstáculo es el propio ciudadano; si bien Internet ofrece un enorme abanico de posibilidades, los usos que se hacen son muy limitados. La pornografía y los juegos on line suponen casi el 75 % de los usos que se hacen de la red. Y entre los demás accesos, se opta por la versión digital de los medios tradicionales para estar informado.Entre los que buscan información especializada, la mayoría opta por los buscadores, que realizan una selección de contenidos que limita las posibilidades de encontrar lo buscado. Por ejemplo, el más popular, Google, utiliza un doble criterio de búsqueda. Una jerarquización de contenidos que sitúa al principio aquellas páginas que contengan el término al principio de la página; y entre las de igual rango, un criterio de popularidad, que sitúa al frente aquellas páginas con más visitas. Estos criterios pueden obviarse si se paga lo suficiente (colocar un anuncio en Google te asegura que tu página aparecerá entre las primeras diez referencias de un número de términos que decide el anunciante). El problema llega si hay demasiados que pagan. Entonces, las páginas con información pueden quedar relegadas a páginas mas alejadas de la cabecera, lo que reduce considerablemente su posibilidad de ser elegida por el internauta.La explosión de contenidos tambien dificulta el acceso a la información de calidad. La información basura campa a sus anchas por la red, y nadie ayuda al incauto que puede caer con facilidad en la desinformación. En Internet todo vale y todo tiene el mismo valor. La inmediatez en el contenido puede llevarnos a la publicación de noticias poco contrastadas, o simples rumores, que, a través de la red adquieren la categoría de grandes exclusivas. Probablemente, el caso más conocido sea el rumor sobre el intento de golpe de Estado del 13 de marzo de 2004. El cineasta Pedro Almodóvar se hizo eco de este bulo y le dio pávulo internacional, antes de reconocer que lo había leído en el foro digital del diario El País. Tampoco es extraña la muerte virtual de todo tipo de personajes; muertes que, en ocasiones, han llegado a los medios tradicionales. Si normalmente el rumor puede ser la antesala de la noticia, el rumor virtual y la noticia electrónica necesitan ir de la mano en aras de la inmediatez.Tampoco es tan libre la comunidad virtual como pudiera parecer: para publicar en un foro, acceder a una cuenta de correo, crear un blog, o entrar en un chat, es necesario registrarse; esto es, entregar algunos de tus datos personales para conseguir el acceso. Incluso en los casos en que no se reconoce abiertamente, siempre existe el control, a través de la dirección IP, una especie de DNI virtual que nos identifica en el ciberespacio. Además, en los reductos de libertad tales como los foros, o los chat, hay que pasar un filtro aún más exigente: el moderador, un auténtico sumo sacerdote que decide qué se publica y en qué condiciones. Ellos deciden quién se queda y quién se va, y tienen poder de vida y muerte (baneo) virtual sobre todos. El moderador es el último reducto de control en un medio que nace con la intención de ser libre.Poco podían imaginar los americanos que el invento que les permitió ganar la segunda guerra mundial les iba a costar perder otras guerras. Si en Vietnam estuvo la televisión, en Iraq está Internet, con el mismo poder de convocatoria que el tubo catódico en los setenta. Hoy más que nunca el medio es el mensaje, y en ocasiones, el mensaje es sólo el medio. Internet es una herramienta que se presenta a sí misma como garantía final de la libertad del individuo. En Internet no hay barreras ni muros, la aldea global de Mc Luhan está cada vez más cerca, pero para conseguir alcanzarla será necesario acabar con el último custodio: el moderador.
Publicado por S.R. a las 16:06

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